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Terrazas de Belgrano Cabañas
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Villa General Belgrano es una pequeña ciudad con arquitectura típicamente bávara, surgida de sus primeros pobladores.
Inmigrantes alemanes la convirtieron en la mayor colonia alemana en toda Argentina, suizos, italianos y austríacos hicieron del lugar una referencia arquitectónica y turística de tradición alemana en la Argentina.

Su entorno es serrano rodeado de bosques con abundantes arroyos. La conjunción entre el entorno natural y la arquitectura bávara lo convierten en un sitio diferente en la región de las Sierras de Córdoba.

Con una gastronomía reconocida por sus deliciosos e intensos sabores centroeuropeos, la excelente cerveza artesanal producida en el lugar, y la tradicional arquitectura alpina, sus carteles y letreros tallados en madera, que se conjuga con frondosos árboles y mágicos personajes que adornan sus calles céntricas, representa un viaje a rincones de la Europa central desde el corazón de las Sierras de Córdoba.

El paraje, conocido como Los Sauces estuvo habitado desde fines del siglo XVIII por familias criollas que se dedicaban a la agricultura y la ganadería. En 1929 llega al lugar Paul Friedrich Heintze con el objetivo de establecer allí una cooperativa agrícola. Con el apoyo financiero de Jorge Kappuhn compra y lotea los terrenos, los cuales son ofrecidos casi exclusivamente a familias de origen alemán.

En 1932 se establecen los primeros colonos, quienes deben enfrentarse a duras condiciones climáticas y a la carencia de riego en el valle. No obstante no abandonan el lugar y logran, en 1935, que un contingente de familias vinculadas a colegios alemanes de Buenos Aires pasen sus vacaciones en el paraje Los Sauces. A partir de esta iniciativa nuevos colonos se sumarán a los anteriores, atraídos según sus relatos por la belleza del paisaje, dando un nuevo impulso al poblado. En 1937 recibe el nombre de Villa Calamuchita.

En 1940, con el pueblo en crecimiento, un grupo de marineros del Acorazado Graf Spee, internados bajo control judicial federal argentino, se instala en la Villa. El gobierno alemán reclama a la Argentina que los marineros sean entregados a ese país para ser juzgados, algo que el gobierno argentino rechaza. El pueblo adquiere ya desde entonces su típica impronta centroeuropea.

En 1943, la situación política de la Argentina era volátil y la discusión sobre la neutralidad en la Segunda Guerra Mundial estaba en el centro del debate. Sin embargo, el gobierno argentino conserva su posición de neutralidad histórica, la misma posición que había adoptado durante la primera guerra mundial. Eso le permitió al país seguir comerciando con los Aliados, sin que los buques mercantes argentinos fuesen atacados por los submarinos alemanes. En ese contexto una bandera argentina es quemada en el pueblo. Tres de los marineros internados son acusados del hecho, pero no hay pruebas de ello. Sin embargo, en razón del episodio, la Legislatura Provincial decide cambiar el nombre a Villa General Belgrano, en homenaje al creador de la bandera argentina y se establece como día de fundación el 11 de octubre de 1932.

El que guste adentrarse en este mundo lleno de relatos, anécdotas y viajes hacia el pasado puede acercarse al Museo Fundación La Capillita que con sus pocos años de vida da cuenta del origen de nuestro pueblo hasta la actualidad, e intenta preservar la identidad y memoria colectiva de la Villa a través del resguardo y difusión del Patrimonio Histórico, Cultural y Natural.

Otra opción es visitar el Museo Castillo Romano que funciona como un museo politemático y muestra objetos utilizados en los últimos 150 años. Muestras fotográficas, colecciones privadas, una exposición sobre comunicaciones y una variedad de muñecos autómatas gigantes y artesanales le aportan magia al lugar.

El Museo del Carruaje El Tacú es custodio de los auténticos valores que han conformado el universo del hombre y su realidad en el tiempo y en el espacio, rescata testimonios materiales como son los vehículos de transporte de nuestros antepasados.